
La ansiedad hoy en día esta muy presente y es como una alarma interna que se dispara cuando sentimos que algo nos desborda. A veces aparece antes de una reunión importante, en medio de un día lleno de tareas o sin un motivo aparente. Lo cierto es que, aunque es parte natural de la vida, puede afectar nuestro bienestar y robarnos energía.
¿Vivís con momentos de ansiedad o alguien cercano a vos lo vive?. La buena noticia es que existen técnicas simples y prácticas que nos ayudan a recuperar la calma en cuestión de minutos. No se trata de eliminar la ansiedad por completo (porque en pequeñas dosis también nos mantiene alerta y enfocados). Sino de aprender a regularla y darle un lugar más equilibrado en nuestro día a día.
En este artículo vas a descubrir cinco ejercicios fáciles de aplicar en cualquier momento. Desde técnicas de respiración hasta movimientos conscientes. Son recursos que podés practicar en casa, en el trabajo o incluso en la calle. Con un poco de constancia, se convierten en aliados poderosos para sentirte más tranquilo y en control.
-Beneficios de aplicar estas técnicas
Practicar estas herramientas no solo trae alivio en momentos de tensión, también tiene efectos a largo plazo. La respiración profunda, por ejemplo, activa el sistema nervioso parasimpático, lo que reduce la frecuencia cardíaca y relaja el cuerpo. Los ejercicios de atención plena (como el escaneo corporal o el grounding) nos ayudan a conectar con el presente.
Además, integrar estos hábitos en la rutina mejora la calidad del sueño, la concentración y hasta la forma de relacionarnos. Al sentirnos más calmados, respondemos mejor a los desafíos cotidianos y disfrutamos más de las pequeñas cosas.
-Tips para que sean realmente efectivos
- La constancia es clave: cuanto más practiques, más fácil será calmar la ansiedad cuando aparezca.
- No busques hacerlo perfecto: cada día es distinto; lo importante es intentarlo.
- Adaptalos a tu estilo de vida: podés hacerlos en la cama, en el trabajo o mientras caminás.
- Combiná técnicas: algunas funcionan mejor juntas, por ejemplo, respiración y visualización.
- Sé paciente con vos mismo: los cambios profundos llegan con la práctica, no de un día para otro.
-5 técnicas para ayudarte en cualquier momento.
1. Respiración profunda 4-7-8
Este método es simple pero muy potente. Se trata de inhalar por la nariz contando hasta 4, mantener el aire durante 7 segundos y exhalar lentamente por la boca en 8 segundos. Repetir este ciclo de tres a cinco veces ayuda a oxigenar mejor el cuerpo y a enviarle al cerebro la señal de que todo está bajo control.
Podés hacerlo sentado o acostado, en un lugar tranquilo o incluso en tu escritorio. Lo más importante es enfocarte en el ritmo, porque ese patrón lento y profundo activa el sistema de relajación natural del cuerpo.
2. Escaneo corporal
El escaneo corporal es una técnica de atención plena que consiste en recorrer mentalmente cada parte de tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, observando las sensaciones sin juzgarlas. Podés hacerlo acostado, cerrando los ojos, y llevando la atención primero a la frente, luego al cuello, hombros, brazos… y así hasta llegar a los pies.
Al dedicarte unos minutos a “escuchar” a tu cuerpo, soltás tensiones acumuladas y traés tu mente de vuelta al presente. Es como darle un chequeo rápido a tu organismo para reconectar con lo que realmente está pasando ahora, en lugar de quedarte atrapado en pensamientos ansiosos.
3. Técnica de grounding (enraizamiento)
Mirá a tu alrededor y nombrá mentalmente 5 cosas que ves, 4 cosas que podés tocar, 3 cosas que escuchás, 2 olores que percibís y 1 sabor que recordás. Esto ayuda a volver al presente y alejar la ansiedad.
Este ejercicio involucra los sentidos y obliga a la mente a enfocarse en el entorno, cortando el ciclo de pensamientos ansiosos. Es ideal para practicarlo en la calle, en el trabajo o en cualquier lugar donde sientas que tu ansiedad está subiendo demasiado.
4. Visualización positiva
La mente es poderosa, y usar la imaginación de forma consciente puede traer calma. Cerrá los ojos y pensá en un lugar que te transmita paz: puede ser una playa, un bosque o un rincón de tu casa donde te sientas seguro. Imaginá los colores, los sonidos, los olores y dejá que tu cuerpo se relaje en esa escena mental.
Este tipo de visualización funciona porque el cerebro no distingue del todo entre lo real y lo imaginado: si tu mente cree que estás en un lugar tranquilo, tu cuerpo también lo siente.
5. Movimiento consciente
Mover el cuerpo también es una forma de calmar la ansiedad. Puede ser una caminata lenta, estiramientos suaves o incluso bailar tu canción favorita. La clave está en prestar atención a las sensaciones: cómo se apoyan tus pies en el suelo, cómo se relajan los hombros o cómo fluye la respiración mientras te movés.
El movimiento consciente libera tensiones físicas y, al mismo tiempo, te mantiene en el presente. Además, aumenta la producción de endorfinas, esas hormonas que generan una sensación de bienestar natural.
🌟 BONUS: Susurrar o tararear suavemente por un minuto.
Puede sonar extraño, ¡pero funciona! Al susurrar o tararear una melodía que te guste, se estimula el nervio vago, que está directamente relacionado con el sistema nervioso parasimpático, encargado de la calma y la relajación.
Probalo cuando sientas ansiedad: elegí una canción suave (musica sugerida) y dejá que tu cuerpo se sienta seguro y en paz.
¿Por qué es importante practicar estas técnicas?
Mi consejo es que intentes paso a paso cuando necesites, no solo calman la ansiedad en el momento, sino que, si las hacés con frecuencia, fortalecen tu capacidad para manejar el estrés diario. Recordá que está bien pedir ayuda profesional si la ansiedad se vuelve persistente. Espero te ayuden estos tips…🤍Gracias por leerme..👨💻👩💻🤳
Artículos Destacados: